¡Hola
a todos! Este lunes seguimos explicando la correcta escritura con mayúsculas y
minúsculas tras la publicación de la Ortografía
de la lengua española (2010). ¿Preparados? Pues allá vamos, ¡a despejar
dudas! ;)
Animales y Plantas
Los nombres propios
de animales y plantas, al igual que los de persona, se escriben con inicial mayúscula (Dolly;
Chita; Pluto; Telperion, nombre de uno de los árboles que dan luz al reino
de Valinor en la novela El Silmarillion,
de J. R. R. Tolkien).

Pero cuando usamos el nombre español que designa a animales
o plantas, el nombre vernáculo, este
se escribe con inicial minúscula y
en letra redonda (“El escarabajo
pelotero es un coleóptero”). Aunque no os extrañe si los veis escritos con
mayúscula en textos especializados; a estas alturas ya habréis advertido que no
son muchos los que siguen las normas ortográficas actuales, ni tan siquiera todas las
editoriales :S
En cuanto a las razas
de animales, también se escriben con inicial minúscula, incluso cuando la denominación procede de otras lenguas,
se hayan adaptado gráficamente al español o no (cerdo ibérico, gato persa, pastor alemán, dóberman, collie, bulldog,
rottweiler). Cuando estos nombres están compuestos por más de una palabra y
contienen un topónimo o un nombre propio, se mantiene la mayúscula inicial de estos (tigre
de Bengala, gato de Angora, perro de Terranova); sólo cuando se generaliza
su uso y se utiliza de forma independiente se escribe con minúscula (chihuahua, un
terranova).
Lugares
Los nombres propios
de continentes, países, ciudades y localidades se escriben con inicial
mayúscula (El Salvador, Buenos Aires, La
Paz, San José del Estero, Eurasia). Asimismo, cuando uno de estos nombres
pluriverbales incluye un sustantivo genérico de carácter geográfico, se escribe
con mayúscula inicial (Cabo Verde, Ciudad del Cabo, Islas Cook,
Puerto Rico, Países Bajos), a diferencia de aquellos otros en lo que sólo funciona
como un mero nombre común categorizador, que deben escribirse con minúscula (la ciudad de Panamá, el país de Gales).
Las denominaciones de
carácter antonomástico se escriben con mayúscula
inicial (la Ciudad Eterna, por Roma; el Nuevo Mundo, por América; la Santa Sede, por el Vaticano).
Asimismo se comportan las denominaciones
abreviadas o alternativas de carácter coloquial (De Efe, por México D. F.; los
Madriles, por Madrid; Barna, por
Barcelona; Chago, por Santiago de
Chile).
Cuando estos topónimos se utilizan como nombres comunes genéricos para designar lugares que presentan el
rasgo característico del referente original, se escriben con inicial minúscula
(Nueva York es una babilonia posmoderna;
El país se llenó de pequeñas numancias resistentes; Este chico vale un potosí).

En cambio, cuando nos referimos al accidente geográfico
utilizando un sustantivo genérico seguido de un adjetivo derivado del topónimo,
se escriben ambos con minúscula inicial
(cordillera andina, meseta castellana,
islas británicas, península ibérica).
En los nombres de barrios,
distritos o urbanizaciones sólo se escribe con mayúscula el término específico, no así el sustantivo genérico
precedente (barrio de Lavapiés, barrio de
las Letras, distrito de Chamberí, urbanización Los Rosales). Sólo se
escribirán con mayúscula estos sustantivos genéricos cuando forman parte de una
expresión que así lo exige, como ocurre con los nombres de asociaciones u
organizaciones (Asociación de Vecinos del
Barrio de las Letras).
En los nombres de edificios,
monumentos y sedes de entidades o instituciones con carácter monumental, se
admite escribir el sustantivo genérico que acompaña al nombre propio tanto con mayúscula como con minúscula (el Coliseo; el
Partenón; la Casa de América; la Catedral de Sevilla o la catedral de Sevilla; la Pirámide del Sol, los Reales Alcázares, la
Torre Eiffel o la torre Eiffel).
Las denominaciones de carácter coloquial que se emplean como alternativas
estilísticas también se escriben con mayúscula
inicial (el Pirulí, por Torrespaña; la Bombonera, por el estado del Boca
Juniors argentino).
Por otra parte, los sustantivos y adjetivos comunes con los
que se designan las diversas estancias o
recintos de que se compone un
edificio se escriben con minúscula (el despacho oval de la Casa Blanca, el
oratorio del Palacio de Gobierno, la sacristía de San Francisco el Grande, la
capilla Pazzi, el salón de baile del Palacio Real), excepto cuando una
denominación toma ya carácter de nombre propio, en cuyo caso se escribirá
también con mayúscula (la Galería de los Espejos en el Palacio
de Versalles; el Patio de los Leones
en la Alhambra; el Salón de los Pasos
Perdidos en el Capitolio de La Habana).
En los nombres de puertos,
aeropuertos y estaciones se escribe con minúscula el sustantivo genérico, y con mayúscula, el nombre propio al que acompañan (puerto de Atenas, aeropuerto de Barajas, estación de Santa Justa y
Rufina). Sólo se escriben ambos sustantivos con mayúscula cuando la expresió n completa no se refiere al espacio
físico, sino a la entidad u organismo que gestiona su actividad (El Puerto de Bilbao).
