¡Hola
a todos un lunes más! Que levante la mano quien alguna vez se ha quedado rayado
porque no sabía si una palabra se escribía con inicial mayúscula o minúscula y
se volvió loco buscando la respuesta. (Ahora es cuando me imagino un mar de
manos levantadas XD Eso espero, sería señal de que la gente se preocupa por
estas cosas). Bueno, pues bajad esas manitas, estáis de suerte porque esta
semana vamos a seguir hablando de mayúsculas, y de las que no lo son, y os
traemos la norma actualizada tras la nueva Ortografía
de la lengua española (2010) respecto a este peliagudo tema. ¡Esperamos que
os sea de utilidad!
NOMBRES DE PILA e
HIPOCORÍSTICOS
Bien sabido es que los nombres de persona deben escribirse
con mayúscula inicial; y en
caso de incluir preposiciones o artículos, estos deben escribirse con minúscula
(María de los Ángeles, Juan de Dios,
María del Carmen). Igualmente se escribe con mayúscula en el caso de los
hipocorísticos, acortamientos o variaciones del nombre con un uso afectivo o
familiar (Paco por Francisco, Pepe por José, Pili por Pilar, Quique
por Enrique, Conchi por Concepción, Manu por Manuel).
Términos como fulano, zutano, mengano, perengano o
perencejo, empleados para aludir a personas de un modo genérico o cuando no
conocemos el nombre, se escriben con minúscula
inicial; excepto si se usan con una denominación genérica ficticia empleada
como nombre (El señor Fulano de Tal,
abogado de día y trovador de noche, es un buen pieza).
APELLIDOS
Como ya sabemos, el apellido siempre se escriben con mayúscula inicial. Eso sí, cuando
comienzan por preposición, o preposición y artículo, estos se escriben con minúscula cuando van acompañados del
nombre de pila (María de Torres, Juan de la Rosa), pero con mayúscula cuando
aparecen sin él (De Torres, De la Rosa).
Si el apellido comienza con artículo, este se escribe
siempre con mayúscula, se anteponga
o no el nombre de pila (Antonio La Merced, señor La Merced).
Cuando ciertos nombres llevan una conjunción entre dos
apellidos se escribe esta siempre con minúscula
(Ortega y Gasset, Ramón y Cajal).
APODOS y ALIAS
Son denominaciones de carácter descriptivo basadas en algún
rasgo o condición de la persona a la que nombran, y se utilizan acompañando al
nombre propio o en sustitución de este. Se escriben siempre con mayúscula inicial y habitualmente
precedidos de artículo (Lola Flores, la
Faraona; José Nemesio, alias el Chino; La Dama de Hierro; el Tempranillo; la
Pasionaria).
En el español de América es habitual escribir estos
apodos sin artículo entre el nombre de pila y el apellido. En estos casos se ha
de distinguir del nombre con cursiva o comillas (Ernesto «Che» Guevara).
SOBRENOMBRES
Son calificativos que siempre deben ir acompañados del nombre
propio sin que medie una coma entre ellos. Se escriben con mayúscula inicial y van precedidos de artículo en minúscula (Alfonso X el Sabio, Isabel la Católica, Jack
el Destripador).
SEUDÓNIMOS
Los seudónimos o nombres artísticos se escriben siempre con mayúscula inicial, pero el artículo, si
lo llevan, debe escribirse con minúscula (Azorín,
Imperio Argentina, el Brujo, Rubén Darío, Búffalo Bill, Quino).
Denominación de
FAMILIAS y DINASTÍAS
Se escriben con mayúscula
inicial los nombres propios (normalmente apellidos) que, precedidos por un
artículo en plural, se utilizan para designar a una familia o a una dinastía (los Borbones, los Borgia, los Kennedy).
Sin embargo, cuando se emplean como adjetivos, se escriben con minúscula (los reyes borbones).
Por otra parte, las dinastías o linajes que se designan
mediante un patronímico (nombre derivado del padre o fundador de una dinastía)
se escriben siempre con minúscula
inicial, ya que no son nombres propios, sino derivados de nombres propios (los abasíes, los nazaríes, los macabeos, el
rey hachemita, un rey sasánida).
Plural de los
Antropónimos
Cuando se emplee el plural para referirse a varias personas
que se llaman de un mismo modo, ya se trate de nombre o apellido, debe
respetarse la mayúscula que les es característica (¿Cuántos Antonios hay aquí?; En mi clase hay muchas Cármenes; Los
Pérez serán los primeros en examinarse).
Antropónimos
utilizados como nombres comunes
Los nombres propios empleados como nombres comunes para
designar genéricamente a quienes poseen el rasgo más característico del
referente original se escriben con minúscula
(Estás hecha una celestina; Va de quijote
por la vida; Es todo un casanova; Se le ha quedado un tipo de adonis...).
Sin embargo, aún es común verlos escritos con mayúscula y,
de momento, sigue considerándose también correcto. Cuando se trata de nombre
propio pluriverbal, compuesto de varias palabras, sí es más habitual que
conserven su escritura con mayúscula
inicial (Esta chica es una auténtica
Juana de Arco; Necesitamos muchas Teresas de Calcuta). Pero cuando se
generaliza su uso como nombres comunes pasan a unificarse en una sola palabra
que se escribe con minúscula (De joven era todo un donjuán; En Navidad el
centro se llena de papanoeles; Somos un país de sanchopanzas comodones; En
cuanto la cagas aparecen los sempiternos pepitogrillos).
GENTILICIOS y nombres
de PUEBLOS y ETNIAS
¡Que no os confundan las reglas ortográficas de otros
idiomas! (me refiero sobre todo al inglés, claro), en español las palabras que
expresan nacionalidad o procedencia geográfica, así como aquellas que designan
pueblos o etnias, se escriben siempre con minúscula
inicial (mexicanos, franceses, castellano, andaluz, los maoríes, la cultura
mochica, los otomanos).
DEIDADES
Los nombres de deidades y otros seres de ámbito religioso,
como nombres propios que son, se escriben con mayúscula inicial (Alá,
Jehová, Yemayá, Kukulkán, Espíritu Santo, Satanás, Lucifer, Odín, Júpiter,
Atenea). Sus apelativos y advocaciones, denominaciones complementarias, se
escriben igualmente con mayúscula (el
Señor, el Creador, El Gran Arquitecto, el Salvador, la Virgen, el Innombrable,
el Maligno, Nuestra Señora del Rosario, el Cristo de la Veracruz, el Buda de la
Luz Ilimitada).
El sustantivo “dios” debe escribirse con mayúscula cuando se emplea como nombre
propio para designar al ser supremo de una religión monoteísta, en este caso se
escribe sin artículo (Dios hizo al hombre
a su imagen y semejanza; El islam no permite representar a Dios en imágenes).
En cambio, debe escribirse con inicial minúscula
cuando se emplea como nombre común para referirse al ser supremo de un modo
genérico (por ello mismo, normalmente precedido de artículo) o a deidades de
religiones politeístas (El dios de los
judíos no se parece en nada al dios de los cristianos; No hay más dios que Alá;
¡Oh, dioses, tened piedad de nosotros!; la diosa Atenea; el dios Viracocha).
Los sustantivos “diablo” o “demonio”, apelativos comunes
utilizados habitualmente para referirse a Satanás o Lucifer, el ángel caído, se
escriben con minúscula (Fausto vendió su alma al diablo a cambio de
sabiduría; Le sacó el demonio del cuerpo con un exorcismo).
CARGOS
Ya sean estos de índole civil, militar, religiosa, pública o
privada, se escriben con minúscula inicial,
vayan o no acompañados del nombre de la persona que los ostenta (rey Juan Carlos I, papa Francisco I,
presidente del Gobierno, ministro de Defensa, director general, obispo de
Córdoba, juez Ruz, general Martínez, duque de Frías...).
TRATAMIENTOS
Las fórmulas de tratamiento, aunque en un pasado se
escribían habitualmente con mayúscula por motivos de respeto, hoy día la RAE
prescribe que se escriban con minúscula
inicial, tanto los que preceden al nombre propio (don, doña, fray, sor, santo/ta, etc.) como lo que pueden utilizarse
sin él (usted, señor/ra, doctor/a,
licenciado/da, excelencia, señoría, reverendo/da, vuestra merced, etc.). Aunque
es admisible (de momento) el uso de la mayúscula cuando el tratamiento no va
seguido del nombre propio (Su Santidad
preside en Brasil su primera Jornada Mundial de la Juventud; Su Majestad ya no
gusta de cazar elefantes).
Sin embargo, es obligatoria la mayúscula inicial en las abreviaturas de los tratamientos (Sr.,
D.ª, Ud., Dra., Fr., Lic., Ilmo., Sto., Mons., Hno., etc.). También se escribe
con mayúscula cuando el tratamiento forma parte del propio nombre (Don Benito, localidad de Badajoz; San Fermín, festividad de Pamplona; Doña Bárbara, título de la novela de
Rómulo Gallegos).
Y vamos a dejarlo aquí, valoramos la salud de vuestra vista
y no deja de ser lunes, ¡tomémoslo con calma! Pero el próximo día, tenéis una
cita, os seguiremos esperando con anhelo y cariño por este rincón vuestro.
¡Feliz semana! ;)
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